La Pricipita



Vivo en un pequeño planeta aburrido, donde no hay juevesitos los jueves por la noche, ya sé, juevesitos es por jueves, pero en esta semana en la que me encuentro con las hormonas a todo lo que da, si se me antoja hacer juevesitos los viernes y seguir llamándolo juevesitos y no viernesitos, es muy mi problema, incluso los miércoles. Para el caso, ¿Qué importaría? No hay con quién juntarse los jueves, ni cualquier otro día de la semana, porque estoy completamente sola en este planetita de mierda que no tiene ni un solo café para ir con mis amigas, en el caso que las tuviera, y ni cómo hacerme de amigas, sin salón de belleza, sólo esta pinche flor que ya no quiero ver, que se empeña en opacar mi belleza, ¡cómo la odio a la maldita!
Un día de estos me iré, no le hace que me tenga que colgar de la cola del primer cometa que pase cerca porque yo necesito zapatos, muchos zapatos; vestidos; muchos vestidos; maquillaje, mucho maquillaje; y muchas y muchas horas para ponérmelo. 
"Lo esencial es invisible para los ojos", Zorra tenía que ser, ¿Quién más puede decir esas pendejadas? Un día de estos me salgo de este inmundo rancho, digo, planeta, y me largo colgada en el primer cometa directo a Nueva York, y si no pasa ningún cometa me voy de polizón en una caja de zapatos agujerada, como esas en donde los pilotos pendejos que no saben dibujar meten borreguitos.

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