Las uñas de mi vecino (minicuento)

Autor: Vladimir Villarreal


¿Para esto pedí vacaciones? Mi intención era descansar un poco, pintar la sala, ver películas mientras me rascaba la barriga. 

*****

Minutos atrás me disponia a prepararme un café, cuando escuché la algarabía, los vecinos estaban congregados en el jardín de mi vecino adyacente, el travesti. Entre el ruido y los gritos se alcanzó a escuchar, "No te tires, Juan, no seas pendejo". Hasta entonces comprendí que mi vecino, y amigo, Juan, o Jane, estaba parado en la azotea, vestido de mujer, y amenazando con tirarse desde ahí. No había tiempo de averiguar el porqué de su intención de tirarse, el caso es que yo, aún en pijama, salí a ver en qué podía ayudar. 

Entre los gritos de la gente había algunos morbosos que lo incitaban a aventarse, "ándale, Juan, Juana, no la hagas tanto de emoción, tírate ya".

Como pude, logré subir hasta la azotea. Tanto me costó disuadir al muy cabrón de tirarse, que por fin logré convencerlo, dio dos pasos hacia mí, se pescó de mis manos, resbaló y quedó pescado de mi camisa, sentí algunas de sus uñas postizas desprenderse de sus dedos intentando aferrarse a mi ropa antes de caer al suelo, es por eso que tengo las uñas del vecino.

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