Nicolás
Voy a citar una reflexión que conocí hace más de 7 años que nació mi hijo Leo, está escrita a manera de versículo de la biblia, mas no especifica el personaje bíblico a quien Dios le habla, ni encuentro en ningún lado la fuente, supongo que ese personaje ficticio, no nombrado en la biblia, podemos ser todos y cada uno de nosotros que haya vivido la dicha de ser padre, y con ello conoce que como hay buenos sabores hay sinsabores.
Y el señor dijo:
Te prestaré un hijo mio. Para que lo ames mientras viva. Podrá ser un mes, seis meses, siete años, diez, treinta años o mas tiempo, hasta que lo llame. ¿Podrás cuidarlo?
Quiero que aprenda a vivir, he buscado un maestro y te he elegido a ti... ¿Le enseñaras? No te ofrezco que se quedara contigo, solo te lo presto, por un tiempo. Por que lo que va a la tierra, a mí regresa.
El dará la ternura, la alegría y todo el amor de su juventud. Y el día que lo llame, tu no lloraras, ni me odiaras por regresarlo conmigo.
Su ausencia corporal quedara compensada, con los muchos y muy agradables recuerdos, y con ello, tu luto será más llevadero y habrás de decir con agradecida humildad.
HAGASE, SEÑOR, TU VOLUNTAD...
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Hoy viene a contexto esta cita de dominio público que les acabo de citar, ya que nos encontramos honrando a nuestros muertos, e iremos a dejarle unos ramos de flores que preparamos a la tumba donde se le ha dado sagrada sepultura a mi hijo Nicolás, de quien quiero hablar, a manera de homenaje, y para que todos lo conozcan, con este escrito que preparé llamado:
Nicolás
El 31 de diciembre del 2018, por medio de un análisis de laboratorio, se confirmaba el positivo de un embarazo que ya nos decía una prueba casera días antes. Ese día nació la ilusión de un bebé muy buscando, deseado y esperado por sus padres, pero sobretodo por su hermanito Leo, quien en más de una ocasión nos ha preguntado, con lágrimas en los ojos, ¿Por qué él no tiene un hermano con quien jugar?
6 semanas después, el 15 de febrero del 2019, podíamos darle la noticia de que tendría un hermano o hermana, la pregunta que nos hizo antes de emocionarse fue: ¿Éste no se va a morir? Contentos, le dijimos que no.
3 semanas después, el 8 de marzo, un día soleado y hermoso, acudiamos, Cristina y yo, emocionados, a saber el sexo del bebé, no pudimos ver si era niño o niña, ya que se detectó un problema, el gran tamaño de su vejiga indicaba que tenía una obstrucción en las vías urinarias, a lo que le llaman síndrome de Megavejiga. Ese día me quedó claro que, las malas noticias no son exclusivas de los días feos y sombríos.
Nos recomendaron a un médico fetal. Al día siguiente, después de verlo en un ultrasonido, el doctor nos dio, sin tapujos, los desalentadores pronósticos, pero también nos dio esperanza, es aquí donde comienza la historia de amor y de lucha por la vida de Cristina y Nicolás.
El 29 de marzo, ante un escenario muy adverso, ya que ni el IMSS, ni el seguro de gastos médicos mayores, cubren padecimientos a un niño no nacido y no registrado, aun así, ese día Nicolás hace historia y se convierte en el primer bebé sometido a una cirugía fetal de Megavejiga en un hospital público de Nuevo León, el Hospital Materno Infantil de Alta Especialidad.
Una semana después, el catéter ya no estaba en su lugar. Así fue como Nicolás, también pasó por la segunda y tercera cirugía de ese tipo.
El 30 de abril, un ultrasonido confirma nuestro mayor temor, el tercero y último catéter, ya no estaba donde debía. El resto del tiempo, sin nada más que hacer, Nicolás siguió creciendo conforme a las semanas que iba cumpliendo de gestación, fueron tantas las visitas al ultrasonido que nos familiarizarnos con la figura del fémur, de la circunferencia de su cabeza, y la gráfica de los latidos del corazón.
Nicolás, aferrandose a nacer, siguió creciendo, hasta cumplir con las 30 semanas, lo mínimo y lo máximo que se podía esperar para sacarlo, siempre estuvimos con la esperanza de que nacería y viviría.
Nicolás vivió, nació un 21 de junio de 2019, a las 5:07 pm, lloró, le regaló a su madre una mirada confusa con sus ojitos celestes. En ese momento fue bautizado. Al rededor de las 5:35 pm lo conocí, Dios me concedió uno de los milagros que le pedimos, al menos, conocer su cara, un bebé hermoso, cansado de luchar, lo saludé tocando su frente, creo que me escucho y reconoció mi voz, porque el monitor registró al instante un incremento en sus latidos, esos minutos me dediqué a decirle cuánto lo amábamos. A las 5:45, cogió sus pequeñas alas de ángel y volvió a por donde vino.
Esa es la historia de Nicolás, 30 semanas de gestación, en las que fue a dos conciertos, posadas navideñas, misas de sanación, una piñata, se sometió a 3 cirugías, entre otras cosas. Y estuvo fuera del vientre 38 minutos, en los que le regaló a su madre su mirada, y único llanto. A mí me regaló la imagen de un bebé muy pequeño, hermoso, perfecto, dormidito.
Me pregunto, ¿Qué seré yo capaz de lograr en las siguientes 30 semanas?, que pudiera ser comparado a las 30 semanas que nos regaló Nicolás. ¿Qué pudiera ser yo capaz de lograr en los siguientes 38 minutos?
Nicolás, bebé hermoso, te amamos, tu madre, tu padre, tu hermano y tus demás seres cercanos, gracias por haber existido, nuestro pequeño bebé.
Nicolás la estrellita más brillante en mi cielo, te ama Mami
ResponderEliminarLos abrazo con mucho cariño. Tanta lucha de Nicolás y sus papás. Tan agradecido que años después envío a su hermanito con ustedes.
ResponderEliminarValdi y Cristy, no pude contener las lagrimas al leer este relato, los abrazo muy fuerte, sin duda alguna Nicolás es un angel que tenemos en el cielo (y me incluyo porque somos su familia y lo queremos y nunca lo vamos a olvidar) nos vino a dar una gran lección de lucha y amor por la vida, fue un guerrero junto con su mami, te mandamos un beso y abrazo hasta el cielo Nico donde algun dia nos vamos a encontrar.
ResponderEliminar3 de noviembre de 2022, 4:42
ResponderEliminarValdi y Cristy uds han sobrevivido al dolor de la separación y nos muestran a través de este bello relato de reflexión lo que el amor hace
Nicolás nació para decirles. Gracias por la esperanza y el amor. Vine para que uds también sintieran el mío y desde dónde estoy, los amo con el smor de Dios.