Flamboyán (poema)
Autor Vladimir Villarreal
La sierra amputa tus ramas muertas,
vestigios impunes de la vehemente helada,
qué importa si el invierno no tuvo clemencia,
si hubo o no culpas en la desgracia.
La sierra amputa tus ramas muertas,
vestigios impunes de la vehemente helada,
qué importa si el invierno no tuvo clemencia,
si hubo o no culpas en la desgracia.
Con poca fuerza esperas la primavera
haciendo inventario de los daños,
no verás en tu forma ya aquel paraguas
que dichoso luciste por largos años.
A filo de navaja en tu corteza llevas
las heridas abiertas aún de la helada,
sin ramas recibes las primeras flores,
el verano enciende tu copa en fervientes llamas.
El esplendor de lo que eras ya no presumes
y tu semblante nuevo son puras vainas
que cuelgan prosaicas en la amargura
de un otoño calvo y de nuevas ramas.
Ramas que hoy ya no te avergüenzan,
quizás el otro año sí seas paraguas,
si el tiempo azota de nuevo no pasa nada
probarás que eres tronco que resiste heladas.
haciendo inventario de los daños,
no verás en tu forma ya aquel paraguas
que dichoso luciste por largos años.
A filo de navaja en tu corteza llevas
las heridas abiertas aún de la helada,
sin ramas recibes las primeras flores,
el verano enciende tu copa en fervientes llamas.
El esplendor de lo que eras ya no presumes
y tu semblante nuevo son puras vainas
que cuelgan prosaicas en la amargura
de un otoño calvo y de nuevas ramas.
Ramas que hoy ya no te avergüenzan,
quizás el otro año sí seas paraguas,
si el tiempo azota de nuevo no pasa nada
probarás que eres tronco que resiste heladas.
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