Paredón (minicuento)

Autor: Vladimir Villarreal


En la línea de fusiladores, perdido entre las palabras del hombre que, a diferencia de los otros, no implora por su vida, sino que grita que con su muerte no se acaba la causa, que hace falta más que esas balas para terminar con lo que apenas comienza.
Por mi parte, con eso basta para otorgarle el indulto, cual toro de lidia que sale con vida del ruedo, indultado por el público que considera que fue la faena de la tarde. Mi perdón consiste en no jalar el gatillo, tal y como ya lo he hecho de manera aleatoria el día de hoy. No sé si se note en el sonido de los fusiles, uno menos cada cierta cantidad de fusilados. Una bala menos en cada cuerpo, una muerte menos en mi conciencia, al menos eso quiero creer, y cuando sí disparo trato de errar en unos tantos hombres más, también de manera aleatoria.
En los que sí acierto, pobres hombres, mi bala no creo que haga la diferencia, pero sí me llevo el peso de su muerte en mi conciencia, ¿Que cómo decido a quién disparar? No lo sé. ¿Cómo decido a quién no disparar? No lo sé. Pero este hombre, este hombre...

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